Dentro de los programas generados desde Los Centros Municipales de Memoria que se lideran desde EL MINISTERIO DE CULTURA en marco de Las Celebraciones Bicentenarias 2010 – 2019, se están adelantando diferentes actividades y programas que han sido propuestos por los CENTROS MUNICIPALES DE MEMORIA, y que cuentan con todo el apoyo de El Ministerio, las Administraciones Municipales y algunas entidades públicas o privadas, por considerarse estos centros como de gran importancia para la conservación, el estudio, la salvaguarda, difusión y protección de la memoria local.
Aguadas, dentro de sus programas como Centro Municipal de la Memoria, viene realizando estudios arqueológicos en el Centro Poblado de Arma liderados desde La Casa de la Cultura “Francisco Giraldo” y con el valioso acompañamiento de la arqueóloga MARÍA DEL CARMEN BEDOYA ÁLVAREZ. Con notables resultados.
La idea desde sus comienzos apunta a varios objetivos: El primero y de gran importancia busca crear conciencia entre los habitantes del lugar por preservar las piezas arqueológicas y conservarlas como patrimonio ya que es muy común en la zona la guaquería, donde consideran los vestigios cerámicos como algo sin valor y las destruyen buscando oro o figuras decoradas ya que en el mercado ilegal solo aceptan estas reliquias.
Para crear conciencia se emprendió una campaña en El Centro Poblado de Arma explicando a la comunidad el valor patrimonial que tienen los vestigios indígenas logrando que los poseedores de piezas, figuras y utensilios los aprecien de una manera diferente y los conserven a buen recaudo. Otro objetivo es el diseño del MAPA ARQUEOLÓGICO DE AGUADAS. Para lograrlo, se han realizado recorridos por este extenso territorio lográndose reseñar paulatinamente sitios importantes de asentamientos indígenas. En estas exploraciones se aprovecha para análisis de terrenos, investigaciones de la historia y recopilación de datos derivados de la tradición oral y documentos. En este aspecto se han realizado contactos muy interesantes con el arqueólogo de La Universidad de Antioquia doctor Gustavo Santos, con los historiadores Rafael Iván Toro de La Ciudadela Cultural de Sonson Antioquia, y don Javier Ocampo López presidente de la Real Academia de Historia de Tunja y otras personalidades. El aporte de estos eruditos personajes nos han dado las luces para formular este proyecto ante EL MINISTERIO DE CULTURA para que sea radicado como uno de las propuestas más representativas del Centro de Memoria “TOQUILLA” de Aguadas.
El proyecto apunta a realizar prospecciones en el lugar, realizar arqueología de rescate, la consecución de piezas para la creación de un museo arqueológico en la zona, a convertir el lugar como un centro arqueológico donde se realicen prácticas por estudiantes universitarios y a convertir a Aguadas como un centro arqueológico, histórico y científico de gran importancia a nivel local, departamental y nacional.
Los conocedores de la historia lo ratifican, La Villa de Santiago de Arma fue fundada en 1542 por el capitán Miguel Muñoz López, acatando las órdenes del Mariscal Jorge Robledo como un centro estratégico para arremeter contra los indígenas Coucuyes o Armados, ya que fueron famosos por su valentía y las legendarias posesiones en oro y joyas. La municipalidad de Arma ha sufrido a través de la historia muchos inconvenientes de pestes, terremotos, éxodos y cambios de lugar hasta el punto de diezmar su población y convertirla en un intrascendente caserío después de ser considerada capital y próspera villa.
También cuenta la historia de masacres, asesinatos y genocidios convertidos por los españoles contra la población indígena para que estos les narraran el secreto de sus posesiones, pero nunca pudieron doblegar a esta noble raza nativa que prefirió el martirio y sufrimiento antes de ver mancilladla su cultura, creencias y patrimonio.
La resistencia de los nativos fueron epopeyas que narraron cronistas, poco a poco se minoró su población hasta hacerla desaparecer quedando en la incógnita sus secretos, mitos y leyendas. Hoy, El Centro Poblado de Arma, es un corregimiento de Aguadas, tiene 468 años de fundado y es el centro más importante de estudios científicos, históricos y arqueológico del norte de Caldas, es nuestra zona de trabajo y centro de las investigaciones arqueológicas.
Ya el programa arroja resultados muy interesantes, se nota una gran expectativa entre los pobladores de Arma, continuamente nos presentan vasijas, objetos y herramientas para su clasificación, nos orientan a los diferentes sitios ya explorados por los guaqueros sin temores ni egoísmos y cada una de nuestras visitas a Arma se convierten en un acontecimiento diferente, porque aprovechamos para interactuar con la comunidad y exponer claramente nuestros objetivos
EL HALLAZGO DE “LA NIÑA”. Como es ya institucional en el equipo de trabajo, cada fin de semana se programa una actividad diferente, con la orientación de la antropóloga María del Carmen Bedoya, un grupo elegido de Vigías del Patrimonio, un guía de la zona y Carlos Osorio, realizamos el respectivo trabajo de campo. Este fin de semana correspondió en el corregimiento de ARMA propiamente para el sitio conocido como “EL DORADO”.
Partimos del parque principal de Aguadas a las 7:15 a.m. María del Carmen, La Vigía Valentina Suarez Bustamante y Carlos Osorio, llegamos al poblado de Arma a las 8:10 a.m., ya nos estaba esperando el señor Rubén Darío MMMM contratado como guía, y nos dimos de inmediato a la caminata para “EL DORADO” tomamos el camino El Arenal que conduce a la montaña llamada La Cuchilla, no habíamos caminado un cuarto de hora cuando al lado del camino nos llamó la atención un movimiento de tierra singular donde se apreciaba un gran canelón, el guía nos comenta que hace más de dos años fue contratado por guaqueros, un buldócer para realizar una excavación profunda, cuenta que al parecer no hallaron tesoros y que destruyeron una cantidad grande de vasijas buscando algo en su interior.
Entramos a inspeccionar el sitio, analizamos los fragmentos de cerámica esparcidos en el terreno. Una serpiente huye y se mete por entre una barranca de una altura aproximada de 1,50 metros, Hanna (así es como conocemos a María del Carmen) sigue a la serpiente y ve que esta sube la barranca, pasa sobre una roca que escasamente se ve empotrada en la pared, comienza a investigar y descubre que es una piedra pulida o mano de moler, de 19 centímetros de largo y 8,5 de ancho, HANNA continúa su exploración pues presiente que allí existe algo más mientas Valentina se da a la tarea de recopilar las fracciones de cerámica del lugar en un solo montículo, realizando una recolección de material superficial.
Al poco momento descubrimos una roca más grande, notamos que se trata de un metate, y para nuestra gran sorpresa, esa piedra cónica estaba protegiendo una vasija de barro, ya HANNA con la precaución propia de los arqueólogos va descubriendo el hallazgo, una hermosa urna funeraria de aproximadamente 40 centímetros, por 20 de ancho, esta fraccionada en muchas partes pero los grabados, engobes y texturas se aprecian con notoriedad. El decorado en los bordes consiste en relieves cuidadosamente elaborados, tiene unas incisiones repetidas en forma de “V” a manera de costillas de pez que podemos apreciar entre la tierra que se adhiere a la urna. Hanna la analiza y la clasifica como urna funeraria propia para un infante, y le da la referencia de “LA NIÑA”.
Valentina ya ha recopilado gran cantidad de material de diferentes tamaños, se aprecian bordes de vasijas de diferentes figuras y texturas, todas ellas se recopilan en bolsas plásticas y se llevan los hallazgos al campero que teníamos parqueado cerca. Dimos por terminada la labor en el sitio, estamos trabajando en un terreno particular y decidimos hablar con el dueño del terreno y tramitar los debidos permisos antes de realizar un nuevo trabajo.
Iván, nuestro guía nos dice que aún podemos dirigirnos a nuestra ruta inicial, Las piedras de “EL DORADO”, sin pérdida de tiempo y con el sol del medio día nos apresuramos a continuar nuestro recorrido. El camino es antiguo, de herradura, una ruta obligada para los campesinos de las veredas ARENILLAL Y EL DORADO. Es un ascenso rápido y ágil, admirando en todo momento la inmensidad del paisaje, al fondo podemos ver los FARALLONES DE LA PINTADA y el paisaje se extiende hasta perderse en el horizonte, el brillo del recorrido del rio Cauca divide un gran valle circundado por montañas altas y encumbradas, el día es brillante, el aire fresco. En dos horas llegamos al sitio, son cuatro enormes rocas, la más alta, de aproximadamente tres metros de altura tiene gran cantidad de petroglifos, dispuestos sobre toda la roca, al ubicarla en el mapa y ponerla en la brújula notamos que su posición marca perfectamente el norte y el sur, su cara más amplia se expone al occidente y la otra al oriente, mostrando así que corresponde a una referencia exacta de sitio de ubicación.
Después de un ligero almuerzo empezamos a trazar con tizas de diferentes colores los gráficos incisos en la roca y descubrimos rostros, espirales, filigranas que dan ideas de rutas, cuadros que coinciden con los puntos cardinales, figuras femeninas que ilustraban maternidad, en fin una cantidad suficiente de petroglifos para analizar posteriormente con más detenimiento.
Notamos que en el paisaje surgen plataformas, terrenos planos perfectamente construidos, al analizar los terreno con el barreno descubrimos que tienen vestigios de cerámica, carbón, y tierra movida. Quedando en analizar las diferentes plataformas en otra oportunidad.
Al iniciar el ascenso empezamos a sentir la dificultad del camino que serpentea en la montaña, hacemos estaciones para descansar, analizar el paisaje y tomar apuntes, también aprovecho para realizar dibujos del paisaje.
Cuando el sol se ha ocultado, y en la penumbra de las seis de la tarde ya estábamos en el Centro Poblado de Arma con la felicidad de haber realizado una jornada bien fructífera. Después de unas cervezas frías para calmar la sed, entre charlas reviviendo nuestra experiencia y con una extraña alegría decidimos completar nuestra misión, teníamos que buscar a don Luis Alarcón, el dueño del terreno donde hallamos “LA NIÑA” y comentarle sobre nuestra misión arqueológica en la región, Don Luis resulta ser un anciano de aspecto amable y cordial y sin titubeos nos permite seguir con la prospección de su finca, asunto que realizaremos con más detenimiento en otra oportunidad.
Ya de regreso a Aguadas, con Valentina, Hanna y yo, disfrutamos cada uno de los momentos vividos, cada instante lo recreamos con lujo de detalles, llevábamos un metate, una piedra pulida o mano de moler, una piedra de usos varios, varias bolsas con gran cantidad de fragmentos cerámicos y “LA NIÑA”, la consentida, a la que brindábamos todos los cuidados posibles y consentimientos.
Preparó Carlos Alberto Osorio Monsalve
Director del CENTRO MUNICIPAL DE MEMORIA “TOQUILLA”
Aguadas – Caldas. Febrero 8 de 2010.
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