viernes, 16 de julio de 2010

CARLOS ALBERTO OSORIO COORDINADOR DEL CMM DE AGUADAS, CAMINANDO EN LA RUTA DE LOS COMUNEROS

UN AGUADEÑO POR LA RUTA COMUNERA .ENTREGA 7
Por Carlos Alberto Osorio
Los osados caminantes ya entraron a la gran planicie Cundi-Boyacense y el paisaje cambia rotundamente, atrás quedaron las montañas fértiles de Santander y sus pueblos de gente amable, sencilla, amable y trabajadora, los campos de grandes cultivos de caña, los pintorescos trapiches y sus moliendas, los caminos agrestes, difíciles y antiguos de topografía montañera.
Atrás quedaron los pueblos de El Socorro, donde es espíritu cívico es extraordinario, pueblo donde se celebró con fervor con el paso de la ruta comunera, las bandas musicales hicieron su presentación retumbando tambores, trompetas y platillos y el público desfiló acompañando con ovaciones y vivas a la caballería, los soldados de la patria y los caminantes. También quedo el recuerdo del los dulces olores emanados de las factorías del bocadillo en Vélez, y las representaciones teatrales donde toda la comunidad de Puente Nacional Participó cuando en gran turba se arremete contra las tropas realistas obligándolas al repliegue.
Al pisar las amplias extensiones del altiplano todo cambió, las bajas temperaturas obligan al abrigo de mantas y calentar el cuerpo con bebidas calientes, los pueblos lucen recogidos con un parque central que remonta al visitante a épocas pretéritas, casas y construcciones luchando con las inclemencias para continuar erguidas, campesinos silenciosos, tímidos y afables que saludan a prudente distancia. Todo cambió, las montañas se ven a lo lejos sustentadas por verdes y luminosas praderas donde el ganado pasta en abundancia. Al fondo, la majestuosa y apacible represa de Fúquene luchando para que el campesino no le robe sus orillas, ante los caminantes se dibuja el paisaje de páramo con bosques enanos y frondosos soportando en sus ramificaciones al cardo, el musgo y las orquídeas.
Los caminantes continuarán su ruta a Ubaté y presagia que pronto, en contados días esta magnífica aventura termine dejando la nostalgia de un camino que se dio al paso del caminante.

Enviado por: carlos alberto osorio monsalve <elartedeosorio@yahoo.es>



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