jueves, 29 de diciembre de 2011

Adiós a don Hernando Avila

Diciembre 29, 2011 - 01:19
Este autodidacta de múltiples virtudes dejó un enorme vacío entre los mariquiteños, quienes el martes anterior, lo despidieron con honores.
Entre los muchos reconocimientos que recibió Hernando Ávila se encuentra el haber sido elevado a Santo Barón entre 1977 y 2007.
(Foto: FOTO SUMINISTRADA – EL NUEVO DÍA)

Adiós a 'Olafo', la memoria histórica del norte del Tolima

Sebastián de Mariquita dijo adiós a uno de sus hijos más queridos: Hernando Ávila Vanegas, el dulce 'Olafo', quien hasta su último suspiro luchó por sembrar el amor por la historia en la juventud del norte del Tolima.

A sus 85 años, este padre de cuatro hijos, Jairo, Rubén Darío, Patricia y Luisa Fernanda, fruto del amor de Susana de Ávila, trabajó porque el legado de José Celestino Mutis permaneciera en la memoria colectiva de su tierra.


Sólo un paro respiratorio pudo apagar su vida, el pasados domingo, pero emprendió su viaje al más allá sintiendo una enorme satisfacción por ver uno de sus proyectos andando, el Parque de los Canelos, según contó a esta redacción el cronista e historiador Guillermo Giraldo, su ahijado.


A este campesino ecológico, autor de canciones y poemas, Mariquita le tiene una inmensa gratitud pues sus escritos lograron despertar el “ego entre la comunidad adormecida”.


Filántropo
Para su ahijado, Hernando Ávila Vanegas, fue un hombre que amó a la humanidad, cuya meta principal fue lograr generar arraigo por los hitos históricos en las nuevas generaciones, quizá por ello, gestionó y convenció a 200 niños y a sus padres de sembrar las semillas de la especie de Belén de los Andaquíes, recuperada en 1934 por Ricardo Galviz Castro, en un terreno ubicado a 500 metros de la salida de Mariquita, que logró renacer el sueño del sabio Mutis.

Este amante de la naturaleza, desprendido de las cosas materiales, fue un reconocido cronista, historiador, escritor, poeta, radiodifusor y compositor, que ayudó a fundar el Centro Histórico de la 'Ciudad frutera de Colombia' y que se convirtió en dignatario de Corarte.


Además fue suboficial del Ejército, fundó el Cuerpo de Bomberos de Mariquita; se desempeñó como socorrista de la Defensa Civil de Honda, y durante el gobierno de Lísimaco Parra ejerció como director de Planeación Municipal y Concejal.


Sumado a ello, llegó a ser topógrafo, profesión en la que trazó acueductos, alcantarillados y las carreteras hacia las veredas de San Juan, San Diego y La Platilla, así como el carreteable Mariquita – La Victoria, en límites con Caldas.
Tomado de:

sábado, 10 de diciembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

En Fuenteoro. Meta . 3 y 4 de diciembre Encuentro de la Memoria

Fuentedeoro (Meta) se prepara para el Encuentro de la Memoria que se llevará acabo los días 3 y 4 de diciembre de 2011.

Primer día se hará una exposición de muestras gastronómicas locales como: ternera a la llanera, el machucado, el majule, los encocados de plátano, la torta de plátano, patacón con carnes mixtas, pasteles, empanadas y buñuelos de plátano, el vino de plátano y las hormiguitas de leche. y este día se expondrá tambien las muestra artesanales hechas en calceta de plátano y balso.

El siguiente dia domingo 4 de diciembre de 2011 se realizará el conservatorio con los historiadores Oscar Alfonso Pabón Monroy y Miguel Ángel Venegas, dos antiguos pobladores del pueblo y el presidente del Centro Municipal de Memoria eeri-eeri. estos actos se llevaran acabo en el parque las brisas o tambien conocido como el parque del amor e iniciara a las tres 3:00 p.m.

Cordialmente,

Muy agradecido,

Jairo Parrado Enciso

CMM eeri-eeri

JAIRO PARRADO ENCISOjairoparrado@gmail.com

sábado, 22 de octubre de 2011

Pacto ciudadano por la cultura aprobado por los candidatos a la Alcaldia del municipio Fuetedeoro

Luego de varias jornadas de trabajo y de elaboración del documento del PACTO, las coordinadores de las comisiones de Historia Local la licenciada Gladys Espinosa Londoño, de Archivo local Sulay Vergaño Rodriguez, Oswaldo Rojas Valencia, Johhan Alexander Tautiva Devia del semillero de la memoria eeri-eeri y el presidente del CMM Jairo Parrado, fue aprobado por dos de los cautro candidatos hoy viernes 21 de octubre de 2011 el pacto ciudadano por la cultura con la candidatos a la Alcaldia del municipio de Fuentedeoro hay que reconocer tambien que fue apoyado por el economista Fabian Hernando Rodriguez , en calidad de Secretario de Cultura y Deporte a la vez resaltamos la presencia de la candidata del partido liberal Nubia Londoño Zapata y de Reinel Moncada Cardona del partido verde quienes acudieron a la cita hecha por el CMM, la Secretaria de Cultura y los gestores culturales del municipio.

Presentación del programa de gobierno sector cultura por Reinel Moncada Cardona del partido Verde, de izquierda a derecha la abogada Nubia Londoño Zapata candidata a la alcaldia por el partido liberal, Jairo Parrado presidente del CMM, el candiidato Reinel Moncada Cardona y el secretario de Cultura y Deporte Fabian Hernando Rodriguez.

El Administrador Publico Reinel Moncada Cardona firma el pacto.

Los jóvenes Fontorenses tambien participaron

La abogada Nubia Londoño firma el pacto



Enviado por

Jairo Parrado Enciso

CMM eeri-eeri

Fuentedeoro, en su suelo esta su riqueza

martes, 18 de octubre de 2011

INICIA CON PIE DERECHO EL PROYECTO CULTURAL DE RECUPERACIÓN DE MEMORIAS DE LA CULTURA PLATANERA EN EL MUNICIPIO DE FUENTEDERO (financiado con recursos

Este proyecto nació al interior del Centro Municipal de Memoria eeri-eeri y busca recuperar memorias sobre el cultivo de plátano en Fuentedeoro como identidad cultural donde este cultivo lleva más de 70 años aproximándonos cuando este territorio del hoy municipio de Fuentedeoro llevaba el nombre de San Antonio y era un corregimiento que pertenecía a la antiquísima ciudad de San Martin de los Llanos, recordando que este es uno de los municipios más antiguos de nuestro país.

En desarrollo del proyecto de recuperación de memorias plataneras se dio inicio el pasado sábado 15 de octubre de 2011 en cumplimiento del plan de trabajo propio del proyecto en el marco del VI festival del plátano en el Centro Poblado de Puerto Santander municipio de Fuentedeoro. La primera actividad fue las muestras gastronómicas hechas a base de plátano donde tres cocineras nos enseñaron estos platos típicos como recetas que desde siempre se han elaborado y otras que se han incorporado a la culinaria local de territorio platanero metense. Las cocineras fueron :

- Aida Parrado, con las recetas culinarias del machuque y el Majule los platos típicos más antiguos de San Martin de los Llanos y Fuentedeoro.

- Zonia García Arias, con recetas como los aborrajados, empanadas, pasteles, buñuelos y patacón con carnes mixtas (todos con plátano).

- Andrea Paola Tuta Nieto, con las rectas de la torta y los tacos de plátano

También se realizaron cinco entrevistas a cultivadores de plátano del municipio entre ellos a:

a. Isauro Gualteros Salcedo, quien llego a la edad de once años al paraje de Puerto Santander municipio de Fuentedeoro y hoy reside en su finca denominada el recuerdo tierra 100% platanera quien nos relato que a Puerto Santander el plátano llegaba de una forma silvestre .

b. Mabel García y Libardo Ramírez propietarios de la finca el rosal, son pareja y desde niños están vinculados a la actividad platanera.

c. Baudelino García Molina y Blanca Nieves Arias compañeros procedentes del Guamo (Tolima) llego muy niño a la región del Ariari y nos informo que en los inicios del mercadeo de plátano se transportaba en un cien-patas y solo hasta San Martin pero siempre un plátano de calidad, bastimento y un sello del municipio de Fuentedeoro.

d. Marco Aurelio Arias Céspedes, quien llego del Guamo (Tolima) hace 25 años justamente los que lleva cultivando plátano hartón y tiene 60años.

e. El economista y cultivador de plátano Juan Segundo Ramírez de origen Boyacense, narro la experiencia en la exportación de plátano desde Fuentedeoro hacia los Estados Unidos en los años de 1999 y 2000 con la comercializadora internacional local C.I. FRUTARI.


1.- Afiche del VI festival del platano.

2.- Foto joropodromo pasa frente al museo arqueologico Guayupe en el centro poblado de Puerto Santander municipio de Fuentedeoro en el marco del VI festival del plátano.

3.- Foto plato tipico MAJULE Y MACHUQUE

4.- La cocinera Aida Parrado explica la receta del majule y el machuque.

De la misma forma en que se realizaban estas actividades los integrantes del colectivo Funes al mado de Ricardo Guerrero Garcia-Herreros, realizando el rodaje del documental de recuperación de memorias de la cultura platanera en el municipio de Fuentedeoro (Meta).

Publicado por Jairo Parrado Enciso

Presidente Centro Municipal de Memoria eeri-eeri

Fuentedeoro en su suelo esta su riqueza

miércoles, 12 de octubre de 2011


PACTO CIUDADANO POR LA CULTURA- CHARALÁ, SANTANDER
OCTUBRE 7 DE 2011
LUGAR ESCUELA NORMAL SUPERIOR
ASISTENTES:
  • 4 aspirantes a la alcaldía: Wilson Cruz Navas, Oliverio Navas Rodríguiez, Mario Flórez Flórez y Fabio León Ardila.
  • Representantes del sector cultura
  • Organos de control: Dra Pilar Bueno, Personera Municipal y Arquitecto Santiago Rivero, consejero departamental por la provincia Guanentina.
  • Ciudadanos.
Documento firmado por los aspirantes a la alcaldia, los representantes del sector cultura, organismos de control: personera municipal y consejero departamental por la provincia guanentina.

domingo, 11 de septiembre de 2011

La historia de un hombre grande, por Pedro Márquez Reyes – 34 años – (San Basilio de Palenque, Bolívar)

Rafael Herrera fue un hombre que vivió en el Palenque de San Basilio, fue un personaje que llamaba la atención por su corpulencia, fuerza y estatura y, sobretodo, por su capacidad muscular conseguida gracias a su trabajo como sacador de arena con pala del arroyo, que le ocasionó un desarrollo muscular increíble.

Rafa, como le llamaba su madre, era una persona que no sentía respeto por las cosas de Dios y pasaba su vida consumiendo licor y haciendo su labor diaria con la arena para la construcción de las casas de material que representaba el “progreso” para nuestro pueblo. Para los años 60s y 70s la gente creía que esas casas eran sinónimo de mejoría y poder, pero lo que no calcularon era que el calor del sol iba a sofocarlos por no tener casas de palma o bahareque.

Una de las principales características de Rafael era el gusto por las apuestas, muy a pesar de que en medio de ellas no existiera nada valioso, él se las tomaba muy en serio, era lo único que en su vida cumplía a cabalidad porque hasta en su trabajo le incumplía a los clientes.

Uno de esos días de parranda, casualmente para las fiestas del 14 de junio, Rafael había pasado todo el día tomando licor con sus amigos, el día anterior había trabajado suficiente y el dinero no le faltaba. En horas de la tarde, de camino a su casa, se encontró con su amigo Luis Manuel quien también estaba embriagado porque los hombres de Palenque aprovechan las fiestas patronales para echarse unos traguitos y realizar sus faenas.

Rafa en medio de su borrachera se disponía a ir a su casa, pero al encontrarse con Luis pactó una apuesta con él:
- Rafa, apuesto que no eres capaz de escupir a San Agustín en la frente.
Por supuesto que Rafa aceptaría, ese era su punto débil.
- Apuesto que sí.
Y se organizó la apuesta para el otro día.

Al día siguiente Rafa fue hasta la iglesia, se acercó hasta la estatua del Santo, rodó una silla y se dispuso al lado de la figura. Con nerviosismo subió, sudando y con la vista borrosa, producto del susto, pero aún así estaba dispuesto a cumplir la apuesta. Lo dudó un segundo y prosiguió, no había momento para retroceder (¡chuaz!) ¡Escupía a San Agustín!

Asustado y corriendo salió de la iglesia como hoja soplada por el viento, llegó hasta donde su amigo y le dijo: “fíjate que no paso nada, escupí a San Agustín y aquí estoy. Te gané, te lo dije”. Para Rafa era una gran satisfacción escuchar que su amigo reconocía su atrevimiento.

Pasaron los días, se acabaron las fiestas y el pueblo religioso comprendió la magnitud de lo acontecido y en todas las esquinas del caluroso pueblo el tema de conversación fue la acción cometida por Rafael, por ello cuando él llegaba a donde estaba un grupo de personas la gente lo dejaba solo o, en el mejor de los casos para él, se dedicaba a hacerle bromas hasta que por su voluntad de marchaba.

Cuenta la gente que por gracia divina, en castigo por el atrevimiento e irrespeto, Rafa perdió estatura, su capacidad de hablar fluidamente se acabó y desarrolló trastornos mentales. Pobre hombre, todo lo que le pasó por no respetar lo que para él no significaba nada.

Tomado de:

http://www.bibliotecanacional.gov.co/blogs/centrosmemoria/2011/07/06/historia-hombre-grande/

Las aventuras de armando, por José Armando Carvajal Rivas – (Sonsón, Antioquia)

Aún recuerdo que cuando tenía siete años, como éramos tan pobres, mi mamá y mi papá salieron en busca de mejor fortuna en la minería. El trabajo en un pueblo como San Miguel es escaso, y muy pocos logran vivir allí, por eso mucha gente recurre a la minería para sobrevivir.

San Miguel tiene muchos lugares agradables, yo he estado en algunos de ellos. Hace unos días estuve en una vereda llamada San Antonio, por ahí los habitantes sobreviven de la minería, sacando de la tierra el oro con una pala y una barra, también con una batea, que es un recipiente de palo, la hacen a mano de un árbol llamado cedro y del comino.

Quiero que sepan que yo soy de San Miguel, corregimiento de Sonsón. Por San Miguel pasa el río La Miel, al otro lado queda Caldas. El río La Miel divide a Caldas de Antioquia y es muy rico en peces, hay muchas especies como el nicuro, el bagre, la picuda, el bocachico ¡también muchas sardinas de color plateado! ¡Colirroja! En San Miguel la gente vive de la pesca, y a las cinco de la tarde, la mejor hora para pescar, salen en sus canoas de palo.

Ramiro Beltrán Coronado es un pescador en el río La Miel, él dirige una canoa de palo que lleva un motor fuera de borda con bujía. Su ayudante se llama Luis Fernando Herrera Calderón está preparado para lanzar la atarraya. Llevan cuatro horas pescando, solo han cogido 78 peces, 70 bocachicos, 8 nicuros, pero no importa, siguen la pesca con mucha fe. La noche termina y su compañero le dice: “amigo, nos vamos, ya la pesca terminó”. Los dos amigos emprenden la marcha hacia San Miguel, la ruta les lleva 15 minutos río arriba por La Miel.

Corre el tiempo, pasan los 15 minutos, llegan a San Miguel, Luis Fernando coge los 70 bocachicos en una mano, en la otra los 8 nicuros, va a venderlos con el fin de conseguir un poco de dinero para así poder comprar algo de alimentos para su familia conformada por tres niñas, cuatro niños y su mujer, Leidy Andrea Vargas. Luis Fernando sigue con las ganas de vender los peces, él esta ofreciéndolos, pide $8.500 por los 8 nicuros y si logra vender los 70 bocachicos serán otro $20.000.

Así vive la gente de San Miguel, de la pesca y del oro. Algunos, como yo, vivimos de la minería. Saco oro, mis padres me enseñaron a minar desde los siete años porque en las minas es más fácil ganar dinero; si uno trabaja en fincas ganaderas el sueldo es mínimo, la paga es muy bajita y no alcanza para la familia. Mi papá trabajó en una finca, lo que le pagaban no alcanzaba para los alimentos, porque eran muy costosos. Mi papá tomó la decisión de entrar a la minería, pero él no pensó que con esa decisión cambiaría también mi futuro, porque al entrar él me llevó a mí y me tocó abandonar el colegio para empezar a trabajar.

Como verán, los niños de San Miguel a una temprana edad empiezan a trabajar, es algo muy duro porque los niños como yo deben estar en el colegio, pero yo no culpo a mi papá porque somos una familia muy pobre y la mina nos brinda una forma de poder conseguir dinero para los alimentos. El oro es muy costoso, un solo gramo de oro puede valer $50.000 pesos, mi papá saca 4 gramos en el día, trabajando desde las siete de la mañana hasta las tres de las tarde. Así es el trabajo, tengo las ganas de estudiar pero ya me quedé.

Vivo cerca de una montaña en una casa de tabla. Como vivo muy lejos del pueblo de San Miguel no puedo estudiar, me queda a cuatro horas de camino, por ahí andan muchos arrieros, yo camino con ellos y compartimos muchos detalles, andamos por el Camino Real desde el Río Claro a San Miguel. Los arrieros me cuentan que transportan alimentos como la yuca, el maíz, también el plátano. Los arrieros cargan sus mulas machos, a cada uno de los animales le amarran dos cargas de maíz que pesan unos 80 kilos.

Los arrieros han cargado sus mulas, yo empiezo a andar con ellos, empiezan su camino desde Río Claro hasta San Miguel, cuando van por la a mitad del camino paran y descansan diez minutos. Ya van dos horas, les faltan otras dos para llegar a su destino final, pero sucede algo muy horrible, una de las mulas que había sido sobrecargada sufre un espasmo en el camino, se tira al suelo y se revuelva con tanto dolor que termina muriendo. Su amo, sin poder hacer, siente tristeza por el animal pero tiene que seguir el camino. Don Pedro, el amo, le quita la carga a la mula, la resguarda en el monte tapándola con un plástico para que no se moje, al animal lo deja tirado en la orilla de la carretera para que los gallinazos se lo coman. Siguen su camino, transcurre el tiempo y con mucho esfuerzo todos unidos llegan a San Miguel y seguirán cargando alimentos e historias por toda Antioquia.

Tomado de:

http://www.bibliotecanacional.gov.co/blogs/centrosmemoria/2011/07/06/las-aventuras-de-armando/

Un hombre inolvidable, por Leidy Lorena Aguirre Sánchez – (Aguadas, Caldas)

Aguadas es un municipio de gente pujante y emprendedora, está conformado por campesinos, damas, caballeros, niños, jóvenes, adultos y, por supuesto, ancianos, aquellos quienes han trabajado toda la vida y sus recuerdos están cargados de grandes historias llenas de experiencia como las de Don José Uriel Sánchez, mi abuelo, proveniente de Mermita, quien comparte toda su vida con sus nietos.

Don José Uriel fue un gran arriero y tuvo una infancia bastante difícil pues su madre murió cuando él solo tenía doce años, y su padre no cuidó mucho de él ni de sus once hermanos, por eso mi abuelo tuvo que trabajar desde muy pequeño y su educación fue escasa y mediocre, sólo estudio hasta el grado tercero, no pudo avanzar más porque era un diablillo, le gustaba desafiar a las maestras y enojarlas.

A pesar de los innumerables castigos con regla y lazo, mi abuelo nunca dejó de comportarse mal, entonces se puso a trabajar haciendo pequeños sembrados y en fincas donde lo contrataban por dos o tres días; en ese tiempo le encantaba jugar bromas bastante pesadas a los trabajadores adultos, y según él, nunca lo llegaron a descubrir.

Un poco más grande, empezó su labor como arriero, al principio fue duro para él pues no estaba acostumbrado a caminar tanto, pero con el tiempo se acostumbró y a los quince años llevaba panela, aguacate y más productos para comercializar en Sonsón, Antioquia. A esta edad tuvo su primera novia, que le fue muy difícil conquistar, pues tuvo que pedirle permiso al padre de ella para poder siquiera establecer una conversación.

Las relaciones de noviazgo en ese entonces eran algo complicadas, como le ocurrió a Ana Julia Suárez Jaramillo, que vivía en la vereda de El Edén, quien tuvo su primer novio a los quince años, llamado Marino Barbosa. Cuenta Doña Ana Julia que cuando él la visitaba los sentaban bien retirados y separaditos pues no era permitido que se acercaran demasiado y mucho menos darse un beso o un abrazo.

Paso un año en el que Marino la visitaba y un día le pidió permiso al papá de Ana para casarse con ella, pero él se negó y fue su última palabra. Cuando Marino se fue, Ana habló con su papá, él la aconsejó y le dijo que ese hombre no le convenía. Ana después de uno o dos novios se casó de 25 años.

Pero José Uriel, mi abuelo, sí tuvo demasiadas novias y dejó hijos regados por todas partes. Él era reconocido por ser mujeriego, bebedor, verraco y peleador. En algunos de sus recorridos como arriero él recuerda ser perseguido por brujas; cuenta que un día iba cruzando un puente, cuando el sol empezaba a ponerse, y vio que a su alrededor volaban varios murciélagos, de repente sintió un escalofrío y vio una sombra negra que salió del matorral que cuando volaba silbaba en el viento y lo estremecía produciendo sonidos de truenos.

Mi abuelo recorrió casi todas las veredas de Aguadas y Sonsón, conocía cada trocha y camino por escondido que fuese. José Uriel, gran peleador de Mermita, era ya un hombre desafiante que luchaba a muerte para ganar el respeto de la gente, con el paso del tiempo, él se casó, tuvo hijos y nietos, disfrutó su vejez y murió feliz.

Tomado de:

http://www.bibliotecanacional.gov.co/blogs/centrosmemoria/2011/07/06/un-hombre-inolvidable/

Historia de una mujer inquebrantable, por Yeimy Tatiana Rincón Tangarife – (Aguadas, Caldas)

Era una noche un poco oscura, las nubes chocaban entre sí y liberaban su energía produciendo grandes ráfagas de luz y estremecedores sonidos. Sobre un cajón en la cocina estaba sentada mi madre, una mujer de 57 años, luchadora incansable, a la que ni el cansancio ni las tristezas la vencen. Al lado del cajón, sobre una mesa, un fogón calentaba un delicioso café. Mi madre esperaba por éste, así que mientras estaba listo empezamos a hablar, ella me contaba sobre su infancia, las costumbres y tradiciones. Comenzó diciendo:

“El 3 de septiembre de 1963, según el Registro Civil fue el día en el que nací, porque mi papá ni recuerda la fecha de la llegada de sus hijos al mundo, desde ese momento comenzó mi martirio, mi calvario y sufrimiento, a mi madre ni la conocí”. En ese momento, sus ojos se iluminaron y de pronto una lagrima rodó por su mejilla, yo guardé silencio, ella inclinó su cabeza y después de dos minutos siguió su relato: “No conocí a mi madre, solo creo que compartí con ella escasos 2 años, pues cuando el parió al sexto hijo ella falleció y a Octavio, que así se llamaba el recién nacido, lo crió mi tía Carmen”.

Después de un silencio y un profundo suspiro se levantó, caminó hacia la mesa, cogió un pocillo y sirvió un poco de café, yo la seguí con la mirada, ella me miró, se dio la vuelta y sonrió, pero esto no logró ocultar su tristeza, yo también sonreí. Levantó el pocillo y sorbió el café, el olor inundaba toda la casa, fue entonces cuando mi hermana se levantó de la cama y vino hasta la cocina, en ese momento mi mamá continuaba con la historia:

“Viví toda mi niñez en la loma, en una finca de Jairo Peláez, allá cerquita al río Arma, al cuidado de Ángela, mi hermana mayor, ella era muy grosera, nos castigaba de manera muy cruel y a veces sin razón. Todavía recuerdo el hambre que aguantaba y las pelas que mi papá le daba a mi hermanita porque cuando él llegaba en las noches, después del trabajo, la comida no estaba lista; nosotros, los dos menores, estábamos dormidos, tirados en un corredor de la humilde casa de paja, sobre unos costales y cobijados con retazos… Toda mi niñez fue demasiado amarga, creo que tengo muy pocos recuerdos gratos de esa época, nunca tuve un juguete, yo cogía los tarros de medicamentos y los papelitos en los que venían envueltos los confites y esas eran mis muñecas y sus vestidos”.

En ese momento ella hizo una pausa y miró la hora en un reloj que había sobre la pared, eran las 9:05 pm. Arrastró una silla acercándola a la mesa y se sentó nuevamente, tomó el último sorbo de café y continuó: “Cuando tenía unos 6 años, mi papá se casó nuevamente, mi vida dio un giro total, pero lástima que mi felicidad duró muy poco. Aunque los dos primeros años Dona Josefina, mi madrastra, me consentía, me cuidaba y se preocupaba por mí y hasta empecé a asistir a la escuela, pero sólo logré estudiar dos años, primero y segundo de primaria”.

¿Por qué no estudiaste más? Le pregunte. “Porque empezaron a nacer los hijos producto de ese matrimonio y yo debí empezar a trabajar para ayudar al sustento de ellos, al igual que mis otros hermanos, además mi papá, que siempre ha sido un ser ignorante, concibió la idea de que las mujeres no nacen para estudiar, él dice que toda mujer que estudia se prostituye”.

El frío arreciaba, pero la magia con la que mi madre nos compartía su pasado hacia que ni el sueño, ni el frío, ni nada nos hiciera perder el interés. Mi madre continuó: “Tuve nueve novios, pero no como los de ahora, en ese entonces solo se hablaba con el novio sentados en sillas con bastante distancia el uno del otro. Mi hermana, Cándida, me odiaba porque ella no tenía novio y entonces se dedicaba a hacerme la vida imposible. Inventaba chismes y me hacia castigar sin razón. Fue entonces cuando tome la decisión de casarme, pues creía que era la solución y la oportunidad para salir de ese infierno”.

¿Y sí fue así? Pregunto mi hermana curiosamente. “La verdad no sé, porque yo no sabía a qué me enfrentaba. Lo peor fue cuando tuve mi primera relación sexual, yo no quería a Ramiro, el hombre con el que me casé y con el cual tuve a mis dos hijos hombres, pero sin embargo él fue un hombre que me demostró amor en todo momento”.

Yo respiré profundo y le pregunté: ¿Y nunca llegaste a amarlo?

Ella miró fijamente al suelo y dijo: “Creo que no y he comprobado que es cierto eso que dicen, que la costumbre es más fuerte que el amor. Sin embargo, le fui fiel hasta el último de los días que compartí con él, pues lo mataron en frente de mis ojos y los de Elkin, el niño menor, que apenas tenía dos años”.

“Este es uno de los momentos más difíciles que he tenido que vivir, después de este acontecimiento, sentí como si el mundo se me hubiera derrumbado, como si yo también hubiera muerto, no sabía que sería de mi vida, qué iba a hacer para sacar a mis hijos adelante. Mi escudo fueron precisamente ellos, mi aliciente, mi razón de vivir. Dos años más tarde conocí a su papá, Guillermo, que vino de Mermita aquí a Pito, vereda de Aguadas, y que me encantó desde el primer día que lo conocí”.

¿Y cómo empezó todo? Pregunto mi hermana. Ella sonrió plácidamente, como si un recuerdo mágico llegara a su mente. “Lo conocí un día cuando viajábamos del pueblo (Aguadas) a la casa en el mismo bus, él observó atentamente dónde vivía yo y esa misma semana con una excusa demasiado obvia vino a la casa. Comenzamos a hablar y no le fui nunca indiferente. Poco a poco fue naciendo algo mágico, creo que conocí el amor y de este amor nacieron ustedes dos, mis hermosas princesas, Yulieth y Tatiana”.

Las tres guardamos silencio por un momento y luego, después de mirarnos, mi hermanita con su curiosidad incomparable dijo: “Pero… nunca he comprendido porque no han vivido juntos, mi padre no ha pasado un día completo con nosotras”. Mi madre un poco confundida y con la mirada perdida, se levantó, caminó alrededor a las sillas y dijo: “El es hijo único y su madre es una mujer celosa, que desea que él comparta cada uno de sus días de existencia a su lado”.

Nosotras con una mirada disimulada optamos por no interrogar a mi madre más sobre el tema. Cuando eran las 10:25 pm, ella de pronto pronunció en un tono un poco bajo el nombre de una mujer, María Ester Suárez. Mi hermana, con una mirada que reflejaba duda o intriga, me miró e inmediatamente dirigió su mirada hacia ella.

Ella dijo: “Si, María Ester Suárez, es una mujer que desde siempre conozco, en ella se refleja lo que ha sido mi vida. Ester vivía en una casa cerca a la mía en la infancia éramos muy buenas amigas, pero un día por cosas del destino ella partió con su familia y hace algunos años nos rencontramos, compartimos un café y algunas historias, pero en sus ojos se reflejaba el cansancio y la tristeza de momentos que han marcado su vida”.

Mi madre es la mujer que más admiro y amo por su entrega y dedicación en cada una de las cosas que emprende.

Semillero en Aguadas
Tomado de:
http://www.bibliotecanacional.gov.co/blogs/centrosmemoria/2011/07/06/historia-mujer-inquebrantable/