SIEMPRE
ES ASI
Sergio Andrés Marín
Siempre es así, llegan a uno
con ansías sanas de aprender de nuestro haber, de nuestro humilde y
representativo oficio, pero cuando se hacen con nuestro conocimiento y ven la
posibilidad de tener una vía de negocios, se les hace fácil, se les hace viable
hacerme una competencia.
Soy Ernestina Carreño, oriunda de Charalá Santander, tierra del tiple, del orgulloso campesino. Desde los siete años me dedico únicamente a tejer lienzo, labor que aprendí de mis padres, quienes a su vez lo aprendieron de mis abuelos. Ha sido el sustento de una familia pequeña, y siempre hemos tratado de mantener nuestra tradición con el grupo de tejedoras a las que pertenecía, actualmente me encuentro por fuera de este ya que mi edad y facultad me lo exigían.
En tiempo de ferias, nuestro
negocio presenta grandes demandas, lo cual es muy bueno y malo a la vez, ya que
trabajo como independiente y no cuento con los recursos necesarios, pero con
mis capacidades de producción en estas festividades, el negocio tiene auge.
Como les decía al principio,
de buena samaritana como dicen, decidí enseñar este oficio a un grupo de mujeres
(cabe decir que estas solo les interesaba el oficio como hobbie, no más) y con
el pasar del tiempo aprendieron perfectamente, y en gesto desagradecido, me
hicieron competencia, sacando los mismos productos con menor precio, esto
dificulta un poco las cosas para mí.
Las de mi gremio vemos las
ferias, como una gran oportunidad, nos esforzamos bastante, no solo para poder
vender en cantidad, sino también para exponer nuestros productos y de alguna u
otra manera dejar en alto la estampa charaleña. Es una responsabilidad grande,
ya que llevamos parte del patrimonio en nuestras manos, y a veces parece poco
reconocida por el pueblo, pero nuestra gran retribución es un trabajo bien
hecho, un cliente satisfecho y el bolsillo contento.
Algunas veces han venido a mí,
con el ánimo de encaminarme hacia una que otra capacitación del Sena, para
magnificar mi producción, o para mejorar la calidad de mis tejidos, es
tentadora no puedo negarlo, pero sumercé créame que así como estoy, estoy bien,
no quiero enredarme más de lo que puedo, así pienso yo, y es en parte honrar
las tradiciones e mi familia. Mis hijos solo uno a Rafael le llama la atención
este humilde oficio, porque mis otras dos hijas no les agrada nada la idea, estaré
feliz con que mi familia pueda mantenerse, mis hijos tengan estudio, y ojala
Diosito quiera que, la tradición del lienzo se mantenga sobre los ires y
venires de las generaciones.
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