SU MAGESTAD EL TIPLE
ESTRUCTURA TRADICION
Y ALGO DE HISTORIA
LUIS FELIPE QUINTERO
Mi diapasón asemeja
la delicada y proporcionada figura de las mas hermosas mujeres, mi expresión la
melódica dulzura y agresiva intensidad que ofrece este precioso ser en su
actuar, mis cuerdas los doce secretos de mi
obra. Mi origen incierto sin dejar de ser colombiano y mi final
Glorioso aunque lejano. Suelo integrar conjuntos o ser director de mis
propias melodías, me desenvuelvo en fiestas, festivales o conciertos. Soy
colombiano y de los verracos, me bautizaron tiple y algunos con justicia me llaman
su majestad.
Tengo muchos lugares de preferencia, en algunos me
consideran huésped ilustre, pero hoy vengo a hablarles de uno en especial, un
pueblo de Santander llamado Charalá.
Desde que tengo conciencia de mi existencia en esa
población estuve inicialmente
acompañando a mi pariente el requinto a mí
querida bandola y mi amiga la guitarra alternando en las fiestas y parrandas más
autóctonas de la región.
Con nuestros torbellinos y rumbas fui testigo de
grandes sucesos, de amores, de tristezas e intrigas, pero sobre todo busqué un
lugar así fuera pequeño para ingresar en la cultura Charaleña, no como parte de
agrupaciones sino como lo que soy: un ícono para este municipio. Porque soy lo
que este hermoso pueblo merecía: un referente de gloria y una tradición.
No es que sea arrogante soy consciente de las capacidades
de mis originales compañeros de fórmula pero creo que este pueblo se parece a mí. Ambos somos recios y aguerridos. Ellos en la
defensa de su libertad y yo en la guarda y difusión de los tesoros musicales de Colombia. Los dos ostentamos refinada hermosura,
Charalá con la majestuosa belleza de sus onduladas colinas y yo con mi curvada
figura cual cuerpo de las más esbeltas doncellas. Somos una mescla de dulzura y
perspicacia, los charaleños que con los brazos abiertos acogen a sus visitantes y haciendo picardía animan un entorno en muchas ocasiones difícil,
mientras que yo con mis pasillos, bambucos, guabinas y torbellinos encarno
la alegría y perspicacia propias de la manera como en Colombia enfrentamos los
problemas.
Pues sí, soy bravío, humilde, pícaro y bonachón, tal cual
pueblo de mis amores que en más de una ocasión ha ratificado mi elocuente
afirmación: Charalá se parece a mí.
Me lo demostró en el pasado cuando en mi búsqueda por
un lugar dentro de su cultura llegue a las manos de PEDRO NEL MARTINEZ, un
virtuoso en todo el sentido de la
palabra, quien sin más profesor que su oído pero con el talento de de un
prodigio se convirtió en todo un MUSICO llevando mi sonido hasta lugares antes
inexplorados y marcando la pauta para el
reflorecimiento de mi arte.
PEDRO NEL ha desarrollado una conexión tan especial
conmigo que desde el día en que lo conocí se ha convertido en mi más aventajado
interprete, mi más sincero compositor y mi más fiel amigo, al punto que hoy
puedo llamarlo MAESTRO.
Claro que no es solo PEDRO NEL quien confirma mi
comparación. Para no ir muy lejos tomaré como ejemplo a su hermano RODOLFO MART
INEZ, un hombre que al ver ensayar con tal abnegación a su hermano se dejó
seducir por mí poco a poco, llegando a convertirse en un gran MÚSICO, pero uno que
a diferencia de muchos encontró su don en mi imponente rasgueo: la armonía. Este
don le sirvió para complementar las hermosas melodías que para ese entonces ya
PEDRO NEL proyectaba con sorprendente habilidad.
Fue así como PEDRO NEL Y RODOLFO formaron un
complemento musical que guiado por el
primero y acompañado por el segundo trabajó durante casi quince años cosechando
triunfos e invaluables experiencias que sirvieron de cimiento para construir en
Charalá la tradición en la que me he convertido.
Además de ellos dos, muchos otros personajes ilustres
se han convertido en mis amigos y
confidentes, todos con gran cuota de curiosidad, el toque necesario de talento
y la infaltable constancia para llegar a comprenderme. Podría nombrarles a EDWIN
CASTAÑEDA, ADRIAN MANRIQUE, LOS HERMANOS LÓPEZ (ANGELMIRO, DOMINGO, EVARISTO Y
GERARDO) pero me quedarían otros varios sin nombrar. Así que sólo les diré que
hay gran grupo de amigos míos todos
oriundos de Charalá.
pesar de que en una época los tiplistas charaleños emigraron a otros lugares debido a la falta de
oportunidades para los músicos en estas tierras. De entre la amenaza de mi
olvido surgió un caso especial: el más joven de los que considero mis
confidentes, su nombre es DIEGO OTERO, y desde que me escuchó sonar quedó
perdidamente enamorado de la música que salía de mi cuerpo.
Ese amor hizo que DIEGO con constancia y talento tocara muchas puertas con el fin de aprender. Hasta que un día RODOLFO MATINEZ le abrió la
suya, permitiéndole entrar a un mundo del cual nunca más saldría: el mío.
Lo acogí igual que a muchos. Y tal vez la alegría que
encontró Diego en mi, sea el origen de su particular don de enseñar, porque
junto a RODOLFO me demostraron su tesón al formar LA ESCUELA DE CUERDAS DE CHARALÁ.
RODOLFO es
profesor y no cualquiera sino uno de esos que nacen con el destino de serlo y
no como otros que se convierten en ello por la falta de oportunidades. Él es
uno de mis grandes compañeros, y de la mano hemos sido capaces de transformar
vidas, de conmover y conquistar para mi y para la música colombiana a tantos
jóvenes que de otra manera quién sabe dónde se encontrarían.
Y este pueblo que sigue confirmando mi símil, permitió
que junto a RODOLFO y DIEGO, formáramos
una escuela que contara con el apoyo de la gente; pero sobre todo conseguimos que
muchos niños y jóvenes que se interesaron
en mi, aunque inicialmente mi amiga la guitarra tuvo gran protagonismo en mi
escuela, fue ella misma quien llevo a varios de estos niños y jóvenes hacia sus
raíces, hacia los lares colombianos y charaleños es decir a mí: al tiple.
Así hoy algunas personas siembren cizaña desprestigiando tanto mi escuela como a los
que en ella enseñan solo con el ánimo de
que la gente me dé la espalda, puedo decir que estoy tranquilo porque sé
que este pueblo que se parece a mi jamás me abandonará porque soy su camarada y
porque esta gente recia me ama, y defenderá
como lo hizo con su libertad a sus tradiciones y yo humildemente puedo decir
que me he transformado en una.
Y pues si Mi diapasón asemeja figura de las mas
hermosas mujeres, mi expresión la dulzura y agresiva intensidad que ofrece este
precioso ser en su actuar, mis cuerdas los
doce secretos de mi obra. Mi origen incierto sin dejar de ser colombiano y mi final
Glorioso aunque lejano. Soy colombiano y de los verracos, bautizado
tiple llamado con justicia majestad. Pero ahora que lo pienso me considero hijo
adoptivo de Charalá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario