viernes, 26 de octubre de 2012



TRASCENDENCIA DEL ALGODÓN
Juan Sebastián Zambrano 


El algodón ha sido una tradición muy importante en nuestra región ya que datan generaciones de muchos años atrás, como  es el caso de la señora Francisca que nos cuenta de cuatro generaciones atrás en el manejo, cultivo e hilado del algodón y una adelante que esta avanzando en este tema.

La población hoy en día  no recuerda la importancia histórica y económica que el algodón ha tenido en Charalá. Aunque datan cultivos de algodón desde los indígenas guanes quienes también lo transformaban en sus prendas.

Esta tradición de utilizar prendas hechas  de lienzo tuvo un gran auge en la colonia, y aunque tenían que competir con el contrabando procedente de Inglaterra, se mantenía y empezaba a tomar fuerza.

Sobre el año 1899 se dio un giro en la historia del algodón en Santander, al crearse la primera fábrica textil en San José de Suaita, con lo que el algodón  pasó a ser un producto más a ser uno de los ejes económicos de la región e incluso del país.

Con la nueva Fábrica textil la región tuvo un crecimiento en la producción de algodón que prospero por varios años y fue catalogada como la mejor materia prima para la fabricación de hilos finos.

Pero a pesar de tener el mayor comprador al lado, se tuvieron varios problemas para el abastecimiento de la misma por la precariedad de la producción que se daba a un nivel casero, además de contar con la ineficacia para la recolección y distribución del algodón. Otro gran problema era la competencia con las telas inglesas, aunque los campesinos de la época preferían el lienzo por su mayor resistencia.

Pese a esto la fábrica textil confiaba en su gente y estaba dispuesta a estimular los cultivos de la comarca. Pero ante ellos había un gran obstáculo: la competencia de la fábrica de Samacá que les había pisado los talones siempre y estaba a su par en demanda de producción, a tal punto de llegar a quitarles la producción de Boyacá.

El poco interés en la región por el cultivo de algodón, la tradicionalidad de sus cultivos, la baja tasa de producción y el fraude generado en los puntos de compra  propiciaron un bajón para la industria textil, lo que conllevó a que la se tuviera que buscar un nuevo camino para mejorar la producción y se opta por traer algodón de otras partes del país, como la costa atlántica.

La principal desventaja de esto era el transporte, pues se tenían que movilizar a lomo de mula durante varios días para alcanzar su objetivo, lo que generaba incertidumbre en la rentabilidad de la producción para los próximos años.

Otro problema que resalta a la luz es la falta de capacidad para poder despachar los encargos realizados del país hasta el punto de cerrar las puertas al mercado extranjero, ya que los pedidos Estadounidenses  exigían que  los productos estuvieran empacados  en bolsa de libra, la cual no se podía transportar en lomo de mula. 

Al no poder responder con los pedidos, la fábrica textil tuvo graves problemas de distribución, pues aseguraban los expertos que si no se fomentaba el cultivo local el futuro de esta iba a terminar totalmente. 

Después de que la debilidad de la industria textil llegara a su punto máximo, esta se derrumbo, dejando la producción del algodón en la competencia y en las nacientes empresas antioqueñas.

Con la pérdida de la procesadora de San José se genero un gran percance para la historia del algodón, pues estaba a punto de desaparecer por la falta de comercialización en el departamento, pues las cooperativas que apoyaban a la fábrica decayeron junto con ella debilitando la producción de algodón.

Lo último que quedaba se perdió, los grandes cultivos pasaron a ser dos o tres matas de algodón que no simbolizaban nada para el país, que tan solo tenían un poco de sentido para las mujeres enamoradas de este oficio, que lo seguían manteniendo en su memoria y en sus corazones.

Pero no todo se ha perdido muchos años después a alguien en Charalá se le ocurrió recuperar esta técnica  entre los recuerdos de unos cuantos corazones.

Y en 1984 empezó un proyecto de recuperación local con varias familias Charaleñas que le dan vida a el algodón por medio de sus empresas que hoy en día siguen en pie por el apoyo de grandes artífices como Pierre Raymond, Doña Rosalba y doña Francisca, que tiene su empresa independiente y vive del algodón. 

 Aun no finaliza esta historia porque ahora esperamos la prosperidad para estas dos grandes empresas de nuestro municipio, que pueden ayudar a recuperar la tradición del algodón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario