jueves, 25 de octubre de 2012



Bertha Quintanilla de Gamez

MIGUEL ANGEL MEJÍA

 En el pueblo de Charalá, habita una señora llamada Bertha que hace mochilas o chácaras. Ella aprendió a hacerlas por medio de su hermana desde que tenía 8 años. La hermana ya murió, pero Bertha continúo con el oficio.

Las chácaras son fabricadas de diferentes tamaños, tipos, colores y estilos, pueden ser de fique o fibra. Bertha Es toda una diseñadora. El fique es comprado ya hilado.

Para hacer las mochilas usa un telar muy particular compuesto de madera y con forma rectangular. En él pone la fibra o el fique en forma de cabuya y lo teje de lado a lado del rectángulo.

A la hora de la venta, los productos de fibra son los que más se venden. Ello se debe a que las mochilas de fique se curten mucho y por más que se laven no quedan bien limpias. Aunque las chácaras o mochilas tienen el mismo precio este siempre depende del tamaño.

La señora Bertha puede elaborar chácaras usando dos formas de tejidos: el tradicional y las que hacen usualmente los presos, las cuales muestran una figura hueca. Cuando se estira la mochila y al ver su calidad, doña Bertha considera que las mochilas tradicionales son más finas por su mayor duración y resistencia del tejido.

En la elaboración del cabresto de la mochila, es necesario un telar diferente ya que es otra forma de tejido, más grueso y resistente. Con este telar también se pueden hacer  las cinchas para los caballos aunque pocas veces las fabrica.

Bertha, como mujer santandereana, laboriosa y emprendedora, también sabe hilar el algodón, pero dejo de hacerlo porque el esposo era quien le despepaba el algodón, pero tras la muerte de él, ella decidió abandonar este oficio.

Saca a vender sus productos el día martes a la plaza de mercado aunque también hay clientes que le compran en la casa. Con este trabajo sostuvo su hogar y les brindó estudio  a sus dos hijas. Hoy en día no vive de su trabajo pues sus hijas son ahora quienes le ayudan económicamente.

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