DIFUNDIEDO
ARTE Y CULTURA
ANDREA
CAROLINA NOCOVE MARÍN
Diego
Alejandro Otero Villalba, nació el 5 de septiembre de 1.985 en Charalá
Santander, hijo de Mario Otero y Cecilia Villalba y es el mayor de sus tres
hermanos.
Diego
Otero se empezó a inclinar por la música en el año 2003 en el Colegio José
Antonio Galán que en ese entonces era conocido por su énfasis musical. Empezó
siendo integrante de la banda tocando el clarinete, más tarde se interesó por
la guitarra y por cantar, así que decidió por sus propios medios aprender a
tocar guitarra. El profesor de música Luis Ernesto Rangel realizó una
presentación musical e invitó a Diego y a más compañeros a participar en ella.
Al ver que las guitarras se habían acabado, el profesor le comentó a Diego que
tomara su guitarra y que él traería el tiple, fue en ese instante cuando conoció
el instrumento que lo enamoraría para siempre.
Él
no solo era bueno para la música, también le interesaba mucho en el deporte -era
un excelente atleta-. Aunque alguna vez pensó en los idiomas, pues tenía
pensado en algún momento salir del país, pensó en su futuro y se inclinó más
por la música, así que le puso toda la actitud positiva. Actitud que había
visto en el profesor Luis Ernesto quien le inyectó ese amor a la música
colombiana y le sugirió que escuchara al Maestro Pedro Nel Martínez, primer
Ídolo de Diego Otero.
Conoció
por accidente al Maestro Rodolfo Martínez en una tienda mientras tomaba unas
cervezas y entre palabra y palabra le comentó a Rodolfo que él tocaba tiple sin
ni siquiera saber que Rodolfo también lo hacía y que además era hermano de su
gran Ídolo. Rodolfo le dijo que le prestara el tiple y le tocara algo. Diego quedó
sorprendido, pues él solo conocía este lindo arte por CD’s y nunca había tenido
la oportunidad de verlo en vivo y mucho menos en Charalá, pues ningún tiplero conocido
quedaba para ese entonces.
Después
de que Diego se graduó en el Colegio
Galán conoció a Adrián Manrique y Edwin Castañeda egresados del mismo colegio y
que al igual que él tocaban tiple aunque con más experiencia pues ya habían
participado en varios festivales. Al observar las cualidades de Diego, le
presentaron a Ricardo Varela Villalba, uno de los tiplistas más importantes de
Colombia y del mundo. Ricardo que en ese entonces estudiaba derecho se ofreció
a enseñarle las técnicas del tiple. Cada vez que tenía dinero viajaba a San
Gil; desgraciadamente el trasporte de
ese entonces era escaso así que Diego se quedaba en el parque de San Gil
practicando toda la noche lo que le enseñaba Varela hasta las cinco de la
mañana que salía el primer bus para Charalá.
Acá
en Charalá a Diego se le ocurrió la maravillosa idea de formar una escuela de
cuerdas en el mandato del alcalde Pablo Antonio Méndez pero este le propone un
contrato por solamente tres meses… así no se crea la escuela. Diego estuvo
viajando por muchos municipios de Colombia contagiando a jóvenes y adultos de
este bello arte pero como en todas partes la política va muy ligada a la
cultura y no todos piensan en ella como debería ser, entonces, no había presupuesto
para ello. Lo bueno de esta situación, pese a las circunstancias, fue que Diego
pudo obtener experiencias en varios festivales donde fue ganador, lo cual fue
contribuyendo a su sostenimiento de a poco en poco.
Gracias a unos amigos Diego
regresó a San Gil. Sus amigos lo recomendaron a Fernando Márquez, director de
la Casa de la Cultura de allí, quién le ayudó a formar la escuela de cuerdas. Allí,
le fue muy bien pues llegaron bastantes jóvenes con muchas ganas de aprender.
Diego iba escogiendo a sus mejores estudiantes y al final su grupo se redujo a
diez. La prueba que debía pasar la escuela de cuerdas, consistía en que en tres
meses Diego debería mostrar resultados, de lo contrario su proyecto se acabaría,
así que él, a esos diez jóvenes les enseñó y les puso todo su tiempo y empeño.
Un día ensayando Diego al ver que no cogían muy bien, ni rápido el trabajo que
estaban haciendo les hizo la comparación de: “Tiene más medida doscientos de
cilantro que ustedes” y allí le surgió la idea a Diego de llamar su grupo así
“Doscientos de cilantro”, al principio no tuvo tan buenas críticas pero en su
primera presentación con aquel nombre causó curiosidad e interés pues era un nombre
poco usual.
A
medida que transcurría el tiempo los integrantes de “Doscientos de cilantro” se
redujeron a tres, pero les ha ido muy bien pues ya han participado en varios
festivales donde han obtenido muchos premios y experiencias musicales para su
futuro. La escuela en San Gil aún sigue en pie, Diego tiene ensayos diferentes
uno para los nuevos grupos de la escuela y otro para Doscientos de Cilantro.
Diego ha obtenido innumerables reconocimientos en San Gil por la labor que ha
desempeñado.
Un
fin de semana en una visita cotidiana, Diego se dirigió a hablar con Rodolfo
Martínez, en donde comentaron que si en Charalá se hacia el Festival Nacional
del Tiple, como era posible que no existiera una escuela de cuerdas. Es así
cuando en el período de la Alcaldesa Amparo Ofelia Vega Albino se logró la
creación de la escuela con ochenta integrantes. Desafortunadamente la política
entorpece los eventos culturales y artísticos y hoy en día no hay apoyo
económico; aun así ellos siguen con su gran labor esperando que algún día la
política se desligue un poco de la cultura.
Diego
ha tenido la oportunidad de participar en numerosos festivales y conciertos;
entre ellos están el festival Nacional de Tríos Oriol Rangel en Pamplona, el
festival Atoviejo, Cotrafa en Medellín, el festival Nacional Mono Núñez en
Ginebra Valle, el festival del Pasillo en Aguadas Caldas, en Cortiple que es
uno de los eventos más importantes que se le hace
en homenaje al tiple y ha participado 6 años en el festival Nacional del tiple Pedro
Nel Martínez en Charalá. Hoy en día Diego es el director de la escuela de
cuerdas de San Gil y sigue trabajando con la escuela de Charalá.
Actualmente
Diego tiene pensado crear el primer trabajo discográfico con el trío Doscientos
de Cilantro y esperando propuestas para difundir la música con el más bello de
los instrumentos: su tiple.
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